miércoles, 1 de marzo de 2017

EL MUNDO DEL PERRO (segunda parte)

Quien pretenda educar correctamente a un perro, debe saber cómo se presenta, supuestamente, el mundo a los ojos de éste. Y ésta sería ya una diferencia esencial entre el hombre y el perro. Aquí analizaremos otros sentidos de los perros:

OJOS

Los ojos del perro, en cambio, son menos potentes que los del hombre en cuanto a su capacidad. De hecho, el perro sólo confía en su vista para los acontecimientos que ocurren en su proximidad inmediata, mientras que emplea el olfato y el oído en todo lo que se desarrolla a mayor distancia. Percibe los objetos inmóviles de forma borrosa; tan sólo los movimientos se registran con mayor nitidez.

Si el perro se queda ciego a consecuencia de una enfermedad o de un accidente, es grave, pero esa pérdida no lo convierte en un animal indefenso, pues se ha observado que perros ciegos se movían con gran seguridad y sin chocar con cosas o personas.



MEMORIA

Los perros tienen una excelente memoria, especialmente en relación con situaciones extremas; su memoria es muy viva y duradera para recordar hechos muy desagradables o muy agradables. Sin embargo, la mayoría de los amos ignoran esto. No los olvidan en toda su vida.

Incluso animales con trastornos de la conducta cuyos amos los habían recogido en refugios y que habían pasado tan sólo seis días en su nuevo hogar, saludaron a sus amos con tanta alegría como si hubieran vivido con ellos durante varios años. Y los perros que han estado alguna vez con nosotros reconocen enseguida este lugar, aunque vuelvan al cabo de mucho tiempo.

La memoria excelente de los perros en lo que a las personas respecta, lo demuestra el ejemplo de un perro pastor que pasaba todo el día en un jardín. El hijo de un vecino, solía molestar al perro siempre que pasaba a su lado camino del colegio. Lo amenazaba tirando piedras dentro del jardín y se reía del perro que no podría defenderse. Mucho más tarde, este perro pastor se encontró con el chico durante un paseo, y le mordió fuertemente antes de que su amo pudiera retenerlo.

INTELIGENCIA

Se discute mucho sobre la inteligencia de los perros. Como una opinión, muchos amos de perros son culpables ellos mismos de que sus animales no den pruebas de «inteligencia». Lo que sucede es que ello es posible únicamente en perros que tienen la posibilidad de desarrollar su personalidad, es decir, que no son condicionados con disciplina férrea para una obediencia ciega.

Sin embargo, no se debe cometer el error de medir la inteligencia de un perro con el nivel humano. El perro sólo es capaz de establecer un vínculo entre acontecimientos estrechamente relacionados en el tiempo.

Si, por ejemplo, su perro se escapa y vuelve al cabo de media hora, hace mucho que ha olvidado que no ha obedecido a sus llamadas. Si entonces le castiga por su desobediencia de hace media hora, no lo comprenderá, sino que sólo será capaz de «deducir»: « ¡Si vuelvo, me castigan!» Es más lógico, por consiguiente, que la próxima vez, el animal se tome aún más tiempo antes de volver, ya que le espera una experiencia desagradable.


FUENTE: Werner, J. NUESTRO PERRO.