Quien
pretenda educar correctamente a un perro, debe saber cómo se presenta,
supuestamente, el mundo a los ojos de éste. Y ésta sería ya una diferencia
esencial entre el hombre y el perro. Aquí analizaremos otros sentidos de los
perros:
Si el perro
se queda ciego a consecuencia de una enfermedad o de un accidente, es grave,
pero esa pérdida no lo convierte en un animal indefenso, pues se ha observado
que perros ciegos se movían con gran seguridad y sin chocar con cosas o
personas.
MEMORIA
Incluso
animales con trastornos de la conducta cuyos amos los habían recogido en
refugios y que habían pasado tan sólo seis días en su nuevo hogar, saludaron a
sus amos con tanta alegría como si hubieran vivido con ellos durante varios
años. Y los perros que han estado alguna vez con nosotros reconocen enseguida
este lugar, aunque vuelvan al cabo de mucho tiempo.
La memoria
excelente de los perros en lo que a las personas respecta, lo demuestra el
ejemplo de un perro pastor que pasaba todo el día en un jardín. El hijo de un
vecino, solía molestar al perro siempre que pasaba a su lado camino del
colegio. Lo amenazaba tirando piedras dentro del jardín y se reía del perro que
no podría defenderse. Mucho más tarde, este perro pastor se encontró con el
chico durante un paseo, y le mordió fuertemente antes de que su amo pudiera retenerlo.
INTELIGENCIA
Sin
embargo, no se debe cometer el error de medir la inteligencia de un perro con
el nivel humano. El perro sólo es capaz de establecer un vínculo entre
acontecimientos estrechamente relacionados en el tiempo.
Si, por
ejemplo, su perro se escapa y vuelve al cabo de media hora, hace mucho que ha
olvidado que no ha obedecido a sus llamadas. Si entonces le castiga por su
desobediencia de hace media hora, no lo comprenderá, sino que sólo será capaz
de «deducir»: « ¡Si vuelvo, me castigan!» Es más lógico, por consiguiente, que
la próxima vez, el animal se tome aún más tiempo antes de volver, ya que le
espera una experiencia desagradable.
FUENTE:
Werner, J. NUESTRO PERRO.